Por encima de las plagas, quizás no exista mayor amenaza existencial para el café — y el mundo en general — que el cambio climático. El asunto es que el cambio climático es real y los seres humanos hemos desempeñado a lo largo de muchos años, un papel
importante en su origen.
Es evidente que el calentamiento global impactará negativamente en cómo se cultiva el café y por ende, en su producción global, pero veamos cómo afecta exactamente el cambio climático al café.
Nuevas regiones para su cultivo
Históricamente, el café se ha cultivado en lo que se conoce como el Cinturón del Café, un área entre los Trópicos de Cáncer y Capricornio donde residen aproximadamente 70 países productores. El café requiere un clima específico para crecer, esto es temperaturas suaves, días más cálidos y noches más frescas, estaciones lluviosas y secas distintas, humedad, etc. y la franja imaginaria en la mitad de la tierra reúne todas de esas condiciones.
Sin embargo, con el aumento de las temperaturas, las tierras aptas para el cultivo del café se desplazarán fuera del cinturón cafetero tradicional. Según el informe anual de 2018 World Coffee Research, el 47% de la producción mundial de café proviene de países que podrían perder más del 60% de cafetales adecuados para el año 2050. Esto conllevaría directamente a situaciones económicas extremas para los pequeños y medianos productores, quienes no contemplan como solución desplazarse.
Y aunque puede ser que las nuevas regiones se adapten mejor a la producción de café, esto requeriría replantar áreas enteras con cafetos y no habría garantía alguna de que estas nuevas áreas resulten igualmente adecuadas. Sabemos por ejemplo que la variedad Arábica de especialidad de alta gama, tiende a favorecer las áreas montañosas, cuyas altas elevaciones satisfacen muchas de las necesidades climáticas mencionadas anteriormente. La nueva franja de tierra adecuada puede no ser necesariamente igualmente montañosa.
Para agravar aún más el problema, otro estudio encuentra que el 60% de las variedades de café silvestre podrían estar en riesgo de extinción...
Clima impredecible
El cambio climático o calentamiento global está desestabilizando los patrones climáticos, provocando desde inundaciones hasta corrientes de aire y temporadas de lluvias más tempranas de lo habitual. El café es una planta frágil, que requiere de mucha
estabilidad para poder brindarnos todo lo mejor de sí mismo. Es decir, es mejor con un clima predecible, como distintas estaciones lluviosas y secas. El carecer de esta estabilidad, puede hacer que los árboles florezcan demasiado pronto o esporádicamente, lo que lleva a una maduración desigual de las cerezas, prolonga la cosecha y dificulta la recolección de cultivos en su punto de madurez ideal.
Una maduración desigual y cosechas prolongadas impiden que un productor maximice su rendimiento, reduciendo sus ya de por sí mínimos márgenes. Si conjugamos todas estas situaciones, junto con otros posibles problemas que deben hacer frente los
caficultores, puede conllevar a que tomen la triste y dura determinación de dejar de cultivar café.
Una temperatura más alta significa más amenazas
Fuera del cambio climático, las dos mayores amenazas para la producción de café han sido la roya de la hoja y el escarabajo barrenador del café, y a medida que las temperaturas globales promedio aumentan cada año, los cafetales se están volviendo más adecuados para ambos. Junto con lluvias impredecibles, las temperaturas más altas han creado un entorno de crecimiento ideal para Hemileia vastatrix, el hongo que causa la roya del café, devastando cultivos y reduciendo los rendimientos hasta en un 82%
según algunas estimaciones. De manera similar, el escarabajo barrenador del café disfruta de los climas más cálidos, donde destruye los cultivos perforando las cerezas de café y plantando sus huevos dentro de las semillas.
Fuerza laboral disminuida
La cosecha de café es un proceso manual que requiere mucha mano de obra y que depende en gran medida de los trabajadores migrantes. Sin mano de obra calificada, el café simplemente no será recogido y morirá en la viña.
Un clima impredecible no solo obstaculiza el crecimiento del café, sino que puede limitar la mano de obra disponible necesaria para producirlo. Y un cinturón cafetero cambiante / en expansión teóricamente descentralizaría aún más la producción de café,
haciendo que el viaje entre cosechas para los trabajadores calificados sea aún más insostenible.
Interrupciones en el envío
La mayor parte del café del mundo se cultiva en un país diferente al que se consume. Y para llegar a su destino final es necesario realizar un envío. Dependiendo del volumen, el transporte, suele ser realizado por barco. Con los casquetes polares derritiéndose
debido al cambio climático, los niveles del mar están aumentando a nivel mundial.
Según Shipping and Freight Resource, el calentamiento global está provocando el cambio de ruta de los canales de envío, así como aumentando el daño a la infraestructura portuaria y reduciendo la productividad. Estos pueden agregar imprevisibilidad y retrasos a los tiempos de envío, así como aumentos de precios. Como producto agrícola que opera con márgenes escasos, el café tampoco se puede manejar.
Nos faltan muchos datos y muchos análisis para poder tener una clara imagen completa de cómo el calentamiento global ha impactado o afectará el comercio del café. Lo que sí sabemos es que está mal y también sabemos que sin una intervención rápida a escala global, esto solo puede ir peor. Y si eso no sucede pronto, es posible que no podamos reparar el daño.
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